martes, 31 de diciembre de 2019

LA TIERRA






Hoy me ha llegado a mi buzón este mensaje, al principio no me lo creía, pero lo he constatado y es real.
Os lo pongo aquí para que vosotros mismos lo leáis y me deis vuestra opinión. Dice así:



Hola a todos:

Os habla la Tierra, o como vosotros me llamáis “vuestro planeta”.

Vengo escuchando desde hace tiempo algo que me ha dejado un tanto confusa, voy a ver si puedo explicarme, lo voy a intentar.

Estáis diciendo que la tierra se extingue, que no hay planeta “B” y así un montón de cosas incoherentes, al menos yo así lo percibo, y mirad que tengo años para saber de qué hablo, aunque creo que aún no estáis preparados para saber la importancia de lo que voy a explicaros.

Yo, anciana como soy, he pasado, no por una y mil vicisitudes, sino por muchas más de lo que vuestras cortas mentes podáis imaginar.

Jamás en mi larga vida, -mucho más de lo que vuestros científicos aseguran- he dejado de existir, ¿la razón? Pues es muy sencilla, soy más fuerte de lo que podáis llegar a pensar, puedo poneros varios ejemplos, así que, vamos a ello:

Esto, si he de ser sincera no lo recuerdo, pero lo sé de buena tinta que fui creada hace miles de millones de años, y se me dio un poder que pude poner en practica a lo largo de toda mi existencia.

Al principio solo era una gran bola de fuego, pero con el paso de miles de años me fui enfriando, aunque si he de ser sincera, por dentro aún conservo ese fuego primigenio.

Pero a lo que iba, pasé por momentos de grandes calores, -algo que vosotros no podríais soportar- pero como dije anteriormente, me fui enfriando, y conseguí que mi epidermis exterior pudiese calmarse.

Por alguna razón, -que eso sí que escapa a mi mente-,  vi brotar en mi epidermis externa como se iba poblando, primero de una cosa acuosa, a la que daremos el nombre de agua.

Después comenzaron a salir pequeñas criaturas a los que les puse el nombre de microorganismos, ¿suena raro, verdad?, pues mira por donde, aunque suene raro evolucionaron, y no solo en el líquido acuoso en el que se encontraban, algunas de estas criaturas se atrevieron a salir de esa sopa caldosa y siguieron evolucionando.

Unos se convirtieron en reptiles, otros en alados, otros en mamíferos y los más, en plantas.

A mí como eso no me interfería para nada, seguí con mi proceso, a lo mío. Unas veces me daba por expulsar el calor que tenía dentro, otras me dio por enfriarme hasta alcanzar toda mi superficie, sé que a esas criaturas que habían evolucionado les fastidie, pero tampoco sé cómo algunas pudieron sobrevivir, y con el paso de los tiempos volvieron a ser poderosos a lo largo de toda mi epidermis.

En otras ocasiones no fui yo quien creo desastres, vinieron desde el universo, y he de decir que me sentó muy mal, ya que horadaron una parte de mi capa protectora y extendieron durante años unas nubes de polvo y gas que lo cubrían todo.

En otras ocasiones, y gracias al calor que el Sol irradia hacia mí, ese agua se fue concentrando en unas cosas que eran muy bonitas, nubes les llamé, pero ah¡¡ solo parecían bonitas, porque en cuanto se pusieron a descargar toda el agua que habían ido acumulando lo llenaron todo, me dio bastante lastima, ya que muchos de esos seres y los vegetales que me cubrían no pudieron resistir tanta agua acumulada, pero se salvaron los suficientes, con los pocos que eran, no sé cómo se las apañaron, pero siguieron creciendo y expandiéndose por todos los lugares a pesar de las dificultades.

Me alegró tanto de no estar tan sola como al principio, que les proporcioné una buena capa de mi interior para que pudiesen subsistir, y vaya si lo hicieron, comenzaron a cubrirme de unas semillas que cosechaban y les daba para comer, algunos más avezados vieron una gran oportunidad en los animales que poco a poco crecieron y se trasformaron, dándoles caza y comiendo sus carnes, de esta manera vi con gran satisfacción, como esas cosas diminutas del principio se pusieron en pie y caminaron por todos los sitios.

Pero lo que más me agradó es el detalle que tuvieron conmigo, ¡¡me adoraban!! Me cuidaban con un mimo exquisito, santificaban los ríos que les proporcionaban agua para beber, las montañas que hice surgir las veneraban y las cuidaban para que nada les pasase, incluso con los grandes vegetales que se convirtieron en árboles les amaban, pero lo que ya me emocionó hasta límites insospechados es que me llamaron ¡¡LA MADRE TIERRA!!, para ellos yo era su madre, los que les alimentaba y cuidaba, y así transcurrieron miles de años, todos felices y en gran armonía, aunque de vez en cuando yo tenía la necesidad de expulsar el calor interno que me abrasaba, pero me di cuenta que, era más el beneficio que proporcionaba que el mal, pues una vez mis vómitos ardientes se enfriaban, les ayudaba para seguir consiguiendo una capa más fértil de lo que tenían.

A fin de no extenderme mucho más iré concluyendo. Como todos sabéis, esas criaturas que así mismo se llamaron humanos, fueron aprendiendo innumerables cosas, tantas que se olvidaron de donde procedían y ya no me cuidaban como sus ancestros, al principio no le di mucha importancia, creí que se darían cuenta de las atrocidades que estaban cometiendo, y que volverían a verme como lo que soy, su madre, pero por desgracia no fue así, me ignoraron a pesar de las advertencias que les iba enviando y utilizaban toda clase de artilugios inventados por ellos, no creo que con la idea de que me muriese, -ya que eso es imposible- No les importaba que los ríos de donde procedía el agua que bebían se contaminasen, ni que el hielo acumulado en mis polos se fuese fundiendo, haciendo así que el nivel de lo que llaman Océanos subiese de manera alarmante cubriendo gran parte donde ellos construían sus casas, tampoco les importó mucho que los vegetales fuesen muriendo, exterminándolos continuamente talándoles o prendiendo fuegos que los arrasaban, con todo eso, lo que hacían no solo era anular el oxígeno puro que respiraban, sino que la mayoría de los animales que cazaban para subsistir, tanto en el agua como en la superficie se fuesen extinguiendo.

Vi tristemente como entre esos  humanos, había infinidad de ellos, por no decir la mayoría, que hacían oídos sordos y cerraban los ojos, para no ver o escuchar las llamadas de atención de una minoría  que, esos sí que seguían creyendo en mí, y cabe destacar también que los que menos caso hacían eran unos llamados, -a todo largo y ancho del planeta- Políticos, que con sus ansias de poder no hacían caso a nada.

Se inventaron a unos cuantos personajes en todos los sitios para desviar la atención clamando que estaban a punto de acabar conmigo, y de ahí nació la palabreja que me dejó totalmente descolocada, NO HAY PLANETA “B”.

¿Pero de verdad creen que pueden acabar conmigo? ¿No se dan cuenta que yo sobreviviré y los que se están auto extinguiendo son ellos?

Durante miles de años, como dije al principio, sobreviví a muchos avatares, y esto que están haciendo quizá me cause algunas cicatrices, pero las mías se cerraran, pero vosotros vais camino al desastre sin auto inculparos por lo que estáis haciendo, así que solo me resta decir.

Espabilad, tenéis vuestra madre tierra que os ofrece todo, pero que lo despreciáis, y no, no hay Planeta “B”, lo tenéis aquí, el “A” y no sabéis aprovecharlo. Todo lo que os pase, lo tendréis bien merecido.

Firmado: La Tierra


© Pepe Marín