¿Cuanto no se habrá escrito sobre los locos? quizá demasiado, o quizá mejor, no se ha acertado en todo lo que se dijo acerca de estos seres marginados. A cuantos -contándome a mi el primero- no nos habrán dicho locos, ¿por qué? ¿por decir las verdades?.
En esta sociedad, todo lo que no sea diga políticamente correcto, ¿de donde sacarían esa palabreja?, es que no están en sus cabales.
Parece ser que a lo largo de la Historia hubo muchos “descabalados”, por poner solo dos ejemplos, -se podrían citar muchísimos mas- entre ellos Oscar Wilde y Kafka, después, cuando ya era tarde y la historia les hizo justicia, los encumbraron a lo mas alto, como se dice en mi pueblo, después del burro muerto, la cebada al rabo, ¡¡ que hipocresía !!
Recuerdo muy bien -al que por mala costumbre- se le solía llamar el tonto del pueblo, que no era otra cosa que un ser apenado por sus fantasías y “locuras”, pero que jamás hizo mal alguno, aunque claro, cuando querían reírse de el, o que alguien dijese lo que no se atrevía a decir, lo llamaban al bar de la Campana, allí le daban a beber unos cuantos botellines de cerveza para que soltase la lengua, ¡¡y vaya si la soltaba!!, decía las verdades como puños, pero como era el tonto del pueblo, no se le tenia en cuenta, eso si, se enteraban de todos los aconteceres del pueblo y de sus vecinos, pues como nada tenia que ocultar, y a veces pienso yo, que escudándose en que “creían” que estaba loco, soltaba todo lo que otros ya sabían pero no se atrevían.
Creo que en su locura, debía reírse en su fuero interno, de decir todo lo que le apetecía, sin ser crucificado como a muchos de los allí presentes les ocurriría.
Esta persona, “el tonto del pueblo” terminó sus días lejos del pueblo, al lado del Mediterráneo, viviendo una vida placida, y dejando escapar su imaginación viendo hacer surcos en el aire a las Gaviotas. Estoy seguro de que en mas de una ocasión se acordó de su pueblo y de sus gentes, y me lo imagino torciendo el gesto y dibujando una media sonrisa mientras pensaba, ¡¡ yo no estaba loco, los locos eran ellos!! no se atrevían a nada y vivieron unas vidas vaciás e insulsas, vegetando en vez de vivir.
Moraleja
- Quien parece tonto, no siempre lo es.
- ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia?
- "El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser "tonto" delante de un tonto que aparenta ser inteligente.
Pepe Marín
¡Al final di con el Blog!. Mi abuelo materno, a buen seguro tal vez lo recuerdes, se llamaba Santiago, aunque en el pueblo todos le conocían por Santiaguillo. Tenía fama de llevarse bien con todo el mundo y a todos a su vez saludaba con un "adios, hijo mío", con lo que el día que murió, Miguel Esparza, cura coadjutor del pueblo y sus ovejas por aquellos entonces, aseveró en la homilia que se había muerto el padre del pueblo. Era totalmente analfabeto, pero su sabiduría en modo de refranes era inmensa. Hoy, debido ante todo a mi sufrido oficio, observo y veo como tiernos palomos y bellas damiselas, se pavonean altivos cuando llegan a la barra del bar a pedir, por necesidad de subsistencia, al camarero, que ellos imaginan insustancial y poca cosa. Son los que un servidor denomina tontos con tres carreras, que se creen por encima del bien y del mal, ignorando, que la sabiduria y los principios los dan la vida y su discurrir por ella. Me ha gustado tu entrada y adivino que pueda ser el tonto supuesto aquel que apodaban con nombre de flor ...Un saludo y prosigue con estos escritos.
ResponderEliminarMuchas gracia Mauro por unirte a este humilde Blog.
ResponderEliminarNo tengo la facilidad que tu para poner mas cosas, espero que con el tiempo lo pueda ir ampliando.
Ya sabes tu muy bien que todo depende del tiempo que podamos dedicarle.
A proposito de tu abuelo, ¡¡quien no se acuerda de Santiagillo!! mi mujer vivia de muy cerca, en la calle Bailén, y lo recuerda perfectamente.
En lo que te refieres a los que se van pavoneando ante ti, despreciando de antemano a la persona, estoy al tanto de esto. Mi vida ha transcurrido delante del público, y sé muy bien a que te refieres. Quizá se te doy alguna pista, incluso me recuerdes: Trabajé de camarero en el pueblo, mas concretamente, mis pinitos los hice en el bar de La Campana, y despues en el restaurante Santa Cruz, llamado por esa epoca, "El Parador" donde Pepito, apodado el Pollo, por esos años era el único dueño, ahora está Emilio, su hijo, al que yo vi crecer entre cacerolas y algún que otro coscorrón. Y recuerdo perfectamente a su padre, el que comenzó a enlatar perdices con ese saber artesano que por desgracia ya no se conserva. Allí nació La Abuela Candida, que recuerdos me trae todo esto. No sé si algún dia tendré el suficiente tiempo y corage para plasmar todo lo que viví en esa epoca, pero aún los conservo frescos, y gacias a ti, me has echo rememorar cosas casi olvidadas.
Un abrazo, y sobre todo, olvidate de los que a ti se dirijen con actitud chulesca y creen que eres algo inferior cuando te pidan algo, por encima de todo, están las personas, sean de una clase social u otra, creencia o ideologia politica. Si tengo que quedarme con algo, me quedo con la persona, lo demás, es cosa de hablarlo y dialogarlo, no merece la pena. Es mas importante lo que pienses de ti mismo, que lo que los demás pinsen de ti.
Bueno hermano, según me pediste, aquí va mi primera entrada a tu blog.
ResponderEliminarVeo que aún somos pocos pero...bien avenidos, es cuestión de esperar y tener paciencia, seguro estoy que ya se irán animando otros (si son paisanos muchos mejor), y verás crecer los comentarios.
Creo que en estos tiempos, aludiendo a los "tontos", y que tan acertadamente glosais tu y Mauro, abundan como amapolas en primavera.
Todos los que hemos tenido contactos con clientela lo hemos podido comprobar, seguro que tendríamos anécdotas para hacer una enciclopedia.
Entre las muchas citas que se pueden poner para ilustrar la "tontería de algunos" dejo la siguiente que casi lo dice todo: El sabio convive con la gente sin criticar; el necio critica sin convivir. (Proverbio Chino).
Es muy duro, en nuestros días, ver a gente totalmente inculta haciéndose ricos a costa, precisamente, de la incultura de los que les escuchan, pero parece que la vida la están entendiendo de ésta manera la mayoría.
Viendo los programas de mayor audiencia en TV, da pena, penita, pena, que diría la canción. Yo me pregunto muchas veces: ¿Donde están los grandes médicos, escritores, premios nobel, y un lárguísimo etc. de gentes que pueden aportar algo positivo en nuestras vidas? Claro está que entonces los "tontos" no tendrian con que entretenerse.
En fin, tendrá que ser así.
A Mauro le digo que me gustaría conocerlo, a ver si en uno de los viajes que mensualmente hago a Santa Cruz, es posible un encuentro. Creo que ya nos hemos "conocido" a través de Facebook.
Un saludo para los presentes y los ausentes.