domingo, 28 de octubre de 2012

Día de los Santos difuntos



Dado que se acerca el día de todos Los Santos, he querido dejar aquí un homenaje para todos aquellos que nos precedieron en su adiós en este mundo que conocemos. Y especialmente, a los Santacruceños que pasaron a la otra orilla.

Eso si, con todo mi respeto, ya que tarde o temprano, todos y cada uno de nosotros haremos el mismo camino, en este lugar o cualquier otro, partiremos hacia ese camino del que ya no se puede volver ni reprochar nada.







Hay un camino en Santa Cuz de Mudela cuajado de cipreses que miran al cielo impertérritos al tiempo, y que si pudiesen hablar, nos contarían mil historias de los que por allí allí han visto pasar.

Camino de gravilla fue en un tiempo, después lo quisieron asfaltar, pero los cipreses siguen escuchando las ruedas de los que hacen el camino, y ya no volverán.

Pasan diciendo adiós entre tejeras olvidadas, de surcos que ya no se quieren labrar, no pueden mirar hacia atrás, para ver por última vez la torre de la iglesia, aquella en la que fueron a bautismar.

Ese es el último camino que nos queda por andar, y se hace tranquilo, sabiendo lo que queda atrás.

Días de fiesta, de tristezas y..... algunas cosas mas, pero queda el consuelo de que alguien se acordará, de reponer flores, de lapidas limpiar, de algún rezo, de lo que dejamos atrás.

Unos se alegraran de que ya no existamos, los mas, nos echaran a faltar, y a esos dedico mis últimas palabras, no tengáis pena, nunca os he de faltar, allí donde estáis  en vuestros corazones mi alma indisoluble anidará, me voy en paz.

Si alguien me ha de juzgar, no seréis vosotros, será -si existe- el mas allá, pondrán la balanza de la vida y en ella sopesarán, lo bueno y malo que hice, y así me juzgarán.

Llevadme dentro de vosotros que así nunca os he de faltar.


Dedicado a todos los que por ese camino anduvieron.


Descansen en Paz


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