martes, 24 de enero de 2012

DE LOS "BAÑOS" AL BALNEARIO




Hubo un tiempo en que la palabra Balneario no existía en nuestro diccionario de Santa Cruz, o al menos en el que usábamos en el pueblo, ya que nosotros como vulgarmente lo conocíamos era, “Los baños”. Allí solíamos ir la juventud, a retozar y remojar nuestros jóvenes esqueletos en unas aguas color cobre, que por mas que nos dijesen que tenían unas propiedades fantásticas, a nosotros se nos antojaban lo mas parecido a barro, y como de vulgares cochinos se tratase, nos revolcábamos en lo que nos parecían unas aguas inmundas, sin saber que estábamos utilizando algo que en años posteriores seria el reclamo y la panacea de nuestro querido pueblo.
Lo que si teníamos como algo inusual y al mismo tiempo nos parecía milagroso, era el agua que de los pozos allí existentes manaba, y que todos le llamábamos, -incluso hoy día así la llaman- agua agria.
Este agua tiene la singularidad de parecerse a una “gaseosa” ya que cuando salia del pozo burbujeaba, -poco sabíamos de las propiedades terapéuticas que de allí emanaban- y como sin quererlo, lo bebíamos con deleitada fruición, sin saber que de la fuente de San Camilo, con sus aguas Carbogaseosas, años mas tarde seria una fuente de ingresos considerables.
No todos acudían en verano a esparcirse y remojar sus partes pudendas, ya que había un largo trecho que cubrir desde el pueblo, o bien andando, o como lo hacíamos nuestra pandilla, en bicicleta, no había tal cantidad de coches ni transportes urbanos como ahora los hay, que nos acercasen al citado lugar.
Allí comenzó mi particular viacrucis dentro del liquido elemento, ya que nunca fui un experto en estas lides acuosas, y como nunca faltaba el consabido gracioso de turno, fue donde inauguré en mi memoria, las famosas “aguadillas”, como nunca he sido de constitución atlética, -ni creo que nunca llegue dada mi edad- quedó grabado en mi disco duro de la memoria algo que siempre lo he arrastrado, el miedo al agua, -entiéndase este miedo a grandes superficies- ya que a la ducha o bañera, y mas teniendo al lado un martillo, por aquello de remediar lo imposible, en eso me defiendo bien.
Recuerdo vagamente las visitas al caserón de la antigua casa de los Baños, con unas bañeras desportilladas y todo en ruina a su alrededor, por este motivo mi gran y agradable sorpresa fue cuando, -hace ya unos años- pude ver como había cambiado el panorama de esas ruinas de instalaciones en un complejo Hotelero y Balneario que harían palidecer de envidia a muchos de los que pregonan por ahí sus lujosas instalaciones.
Y por por este mismo motivo, quiero dejar constancia que, bastantes cosas buenas y bellas tenemos en Santa Cruz de Mudela, pero si tenemos que destacar alguna, al margen de Las Virtudes con su plaza de toros cuadrada y la mas antigua de España, seria la del Balneario Cervantes, que con sus instalaciones y su buen hacer, han echo algo mas que una simple visita a un abrevadero de animales como muchos creen, hoy es de reconocido prestigio en todo el mundo, y está en un lugar de la Mancha de cuyo nombre si me acuerdo.
Balneario Cervantes de Santa Cruz de Mudela.

2 comentarios:

  1. Nada que ver Pepe Los Baños de antes con los de ahora.Yo también me bañé en lo que entonces considerábamos una piscina.
    Ahora son una maravilla.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo con Feli, nada que ver, aunque yo no los he conocido antes solamente lo que mis padres me contaban de cuando iban ellos de jóvenes, pero ahora es un reclamo turístico excepcional, prueba de ello es la cantidad de gente que va a disfrutar de las aguas termales y del alojamiento y las fantásticos comentarios y recomendaciones de turismo saludable. Felicitaciones por tu relato. Un abrazo.

    ResponderEliminar