SENTIRSE NIÑO ES LO MEJOR…PERO POR DESGRACIA,
LO PERDEMOS CON EL TIEMPO
Dicen que cuando eres niño no
aprecias otra cosa en otras personas que el amor que te dan desinteresadamente,
el resto nunca lo recordamos, si esa persona era fea, calva, gordo, flaca o
cualquier defecto que ahora de mayores nos repelen, eso no cuenta en esa edad.
¡¡Qué maravillosos años disfrutados!!
¿Por qué dejamos atrás cuando
crecemos y nos creemos más sabios ese amor hacia las personas sin fijarnos ni
en su aspecto, ni en el color de su piel o en si tienen en su cuerpo alguna
tara?
Es una pena que esa inocencia la
perdamos y que le demos más importancia a cosas que no la tienen, y que al
contrario de lo que exponía, nos alejan de personas maravillosas, que pasan por
nuestras vidas y no les hacemos el caso que se merecen.
Fui feliz en mi infancia, no voy
ni a engañarme a mí mismo ni a nadie, tuve familia, amigos, colegios y personas
con las que trabajé esos maravillosos años de mi infancia y juventud.
Ellos, cada cual a su manera,
pero que confluyen en un todo, hicieron de mí lo que soy, y jamás me
arrepentiré de haber aprendido lo que soy gracias a todos ellos.
Sin duda no es que sea un ser
perfecto, eso lo doy por descontado, sería un acto de orgullo, (y al mismo
tiempo de grosería) pensar que soy perfecto, ¿Quién lo es?
Pero con todas mis virtudes y
defectos, que a cualquier ser le son innatos, no reniego de lo aprendido por
estas personas, a las que dentro de mí venero y llevo guardado en lo más
profundo de mi corazón.
El tiempo y las circunstancias es
algo que, por muchos adelantos tecnológicos que haya jamás podremos controlar.
El ser humano es como es, con sus
virtudes y sus defectos, pero hay una cosa intrínseca que llevamos, no me
preguntéis por qué, no sabría responder, pero el Amor que sentimos por las
personas es algo que ni la ciencia ni el tiempo han podido descifrar.
Algunos opinan que es el alma que
todos llevamos dentro, otros lo achacan a la cultura, y los mas en las
religiones, yo prefiero creer que es un “algo” que nació cuando el llamado
“Homo Sapiens” dedujo que si no se ayudaban entre ellos de alguna manera, la
especie no subsistiría, de ahí (siempre según mis creencias) nació el Amor al prójimo y ayudarse en todo.
Ya sé que más de uno opinará, ¿y por qué las guerras, lo odios y un largo etc.?
Solo se me ocurre una idea, como
seres ancestrales somos posesivos, acudimos a auxiliar a nuestra tribu, (en
este caso familia, grupo o nacionalidad) y nos oponemos a los que no son afines a lo que conocemos, es algo que
llevamos en nuestros genes desde el principio, nunca se pararon a pensar que
todos derivamos de un mismo árbol, y que mientras no reconozcamos a nuestros
supuestos adversarios como hermanos, caeremos en el error de seguir con la
lucha fratricida que se lleva originando desde que la humanidad existe.
José Marín de la Rubia
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